Las clasificaciones geomecánicas son una gran ayuda a la hora de caracterizar las propiedades de un macizo rocoso… siempre y cuando se utilicen de forma adecuada, evidentemente. En caso de duda, he aquí los “diez mandamientos” para un uso correcto de las clasificaciones geomecánicas RMR y Q, según R. Z. Bieniawski Von Preinl.
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I. Asegúrate de que los parámetros de la clasificación son cuantitativos (están medidos, no sólo descritos), adecuados, provienen de ensayos normalizados, pertenecen a cada región estructural geológica, y se basan en sondeos, galerías de exploración y cartografía geológica de superficie, además de en sísmica de refracción que permita interpolar entre el inevitablemente escaso número de sondeos.
II. Sigue los procedimientos establecidos para clasificar los macizos rocosos con el RMR y el Q y determina los rangos de variación típicos y los valores medios.
III. Utiliza las dos clasificaciones y comprueba los valores obtenidos con las correlaciones publicadas entre Bieniawski (1976) y Barton (2008).
IV. Estima las propiedades del macizo rocoso, en particular el módulo del macizo (para su uso en modelos numéricos) y el tiempo de autoestabilidad. No olvides incluir un ajuste para los túneles construidos con TBM.
V. Estima las necesidades preliminares de sostenimiento aplicando las dos correlaciones en la selección.
VI. Utiliza la modelización numérica, obteniendo factores de seguridad, y comprueba que se dispone de suficiente información. Usa por lo menos dos criterios de comparación y coteja los resultados proporcionados por el criterio de Hoek-Brown.
VII. Si no se dispone de información suficiente, admite que el método de diseño iterativo requiere de una exploración geológica más intensiva y de nuevos ensayos, por ejemplo medidas del estado tensional, si fuera necesario.
VIII. Ten en cuenta el proceso constructivo, y en el caso de los estudios de viabilidad de las tuneladoras, estima las velocidades de avance usando el QTBM y el Índice de Excavabilidad de macizos rocosos RME.
IX. Asegúrate de que toda la información sobre la caracterización del macizo rocoso esté incluida en un Informe Geotécnico para Especificaciones del Diseño que trate sobre la metodología de diseño, las hipótesis y estimaciones asumidas y las desviaciones estándar de los datos.
X. Realiza los levantamientos del RMR y el Q a medida que avance la construcción, de manera que puedan compararse las condiciones previstas con las reales con objeto de verificar el diseño o realizar las modificaciones oportunas.
Bonus: Naturalmente, no es necesario resaltar que deben incluirse ensayos de laboratorio que estén de acuerdo con la normativa y cuenten con un presupuesto adecuado. Los ingenieros y los geólogos deberían trabajar en equipo y comunicarse regularmente entre ellos y con el cliente.
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Puedes ampliar la información en el post dedicado al artículo sobre «Errores en la aplicación de las Clasificaciones Geomecánicas y su corrección», de R. Z. Bieniawski.