La Comisión Nacional de la Competencia insiste, los Colegios Profesionales no escuchan y la Ley de Servicios Profesionales amenaza con aparecer… winter is coming

Revisando artículos compruebo que la terna “Ley de Servicios Profesionales + Ley Ómnibus + Colegios Profesionales” ha salido por aquí en tres ocasiones:

El post completo aquí → El gobierno quiere suprimir «algunos» colegios profesionales.

  • En febrero de 2011 hubo otro artículo sobre el tema porque el borrador de la Ley de Servicios Profesionales del Ministerio de Economía [pdf, 63 KB] calificaba las distintas ramas de la ingeniería española como “anomalías” dentro del contexto europeo y abogaba por su eliminación para acometer “una nueva regulación de las atribuciones de ingeniería” que permitiera a cualquier ingeniero disponer de habilitación “para cualquier actividad profesional de las que ahora están reservadas a los ingenieros en sus distintas ramas y especialidades”.

El post completo aquí → ¿Reformas en la ingeniería? Si, pero con criterio, por favor.

El post completo aquí → Los Colegios Profesionales no hacen los deberes, según la Comisión Nacional de la Competencia

Pues bien, seguimos igual. El pasado 18 de julio la Comisión Nacional de la Competencia analizó los estatutos del Colegio Oficial de Geólogos, el Colegio Oficial de Ingenieros Agrónomos y los Colegios Oficiales de Ingenieros Técnicos Agrícolas, y concluyó que “siguen persistiendo algunas de las más importantes restricciones a la competencia recogidas en su Informe sobre los Colegios Profesionales de 2012” insistiendo, una vez más, en la necesaria y urgente aprobación de una ley de Servicios Profesionales que clarifique esta situación (nota de prensa – pdf – 33,4 KB).

Como me consta que muchos geólogos visitan el blog, enlazó aquí el informe de la CNC sobre las incorrecciones detectadas en los estatutos del Colegio Oficial de Geólogos (pdf – 139 KB – 15 páginas).

Informe de la Comisión Nacional de la Competencia sobre los estatutos del Colegio Oficial de Geólogos

En cuanto a la Ley de Servicios Profesionales, Alfredo Pérez Rubalcaba dijo en mayo de 2011 que dicha ley estaría en el congreso antes del 30 de junio de 2011. De aquel tema nunca más se supo pero, curiosamente, Soraya Sáenz de Santamaría anunció la semana pasada que está prevista para el segundo semestre de 2012, lo malo es que ya estamos en el segundo semestre de 2012… si, winter is coming.

Los Colegios Profesionales no hacen los deberes, según la Comisión Nacional de la Competencia

El pasado 26 de abril, la Comisión Nacional de la Competencia publicó su «Informe sobre los Colegios Profesionales tras la transposición de la directiva de servicios» (pdf – 577 KB), un enmarañado texto de 104 páginas que comienza culpando a los Colegios Profesionales por no haber adecuado su funcionamiento a las nuevas normativas liberalizadoras, luego al gobierno por no haber concretado todavía qué colegiaciones son obligatorias, después a las autonomías por no haber actualizado sus leyes, y, al final, recomienda (una vez más) eliminar la colegiación obligatoria y transformar los Colegios Profesionales en Asociaciones Profesionales… vamos, que reparte leña para todos (por lo menos no quiere eliminar la carrera, como insinuó el gobierno).

Es evidente (y después de leer el informe, todavía más) que padecemos una excesiva regulación, lo que no tengo tan claro es que se pueda arreglar liberalizando el mercado de un día para otro, ¿tiene sentido que los Colegios Profesionales se basen en la titulación, en lugar de la profesión?, ¿sería mejor crear asociaciones profesionales, independientemente de la titulación?, ¿qué hacemos ante el intrusismo, entonces?, ¿denunciamos a todo el que intente calcular algo sin tener la capacitación técnica necesaria?, ¿y eso quién lo decide?, ¿nosotros?, ¿las compañías de seguros que deben «respaldar» esos cálculos?, ¿el juez…?

Visto lo visto, a este paso sólo van a tener trabajo los abogados, en plan Penélope, haciendo y deshaciendo su propia creación, gobierno tras gobierno…

En fin, si quieres pegarle un vistazo, aquí tienes el informe:

Informe sobre los Colegios Profesionales tras la transposición de la directiva de serviciosInforme sobre los Colegios Profesionales tras la transposición de la directiva de servicios

 (que la colegiación no sea un requisito para ser perito judicial, pero sólo los colegios puedan hacer listas de peritos judiciales me ha encantado)


¿Reformas en la ingeniería? Si, pero con criterio, por favor.

Está alborotado el gallinero estos días porque el último borrador de la Ley de Servicios Profesionales del Ministerio de Economía [pdf, 63 KB] califica a las distintas ramas de la ingeniería española de “anomalías” dentro del contexto europeo y aboga por su eliminación para acometer “una nueva regulación de las atribuciones de ingeniería” que permita a cualquier ingeniero disponer de habilitación “para cualquier actividad profesional de las que ahora están reservadas a los ingenieros en sus distintas ramas y especialidades”.

El alboroto está justificado, a nadie le gusta que le llamen “anomalía”, pero es que el borrador tampoco tiene desperdicio, especialmente el Apartado IV.4 “Reforma de la ingeniería”, que llega a decir que “la segmentación agrava el problema de la falta de titulados en ingeniería” (¿faltan?, ¡¡ pero si exportamos !!), aunque el Apartado V tampoco se queda atrás, con frases como “Esta reforma es compatible con los títulos universitarios actuales, ya que no se refiere al ámbito académico, sino al de las atribuciones profesionales […]”


Lo complicado del tema es que el Ministerio de Economía quiere podar las ramas de las ingenierías sin tocar las titulaciones, competencia del Ministerio de Educación, y eso le obliga a escribir frases como la anterior. Dice el borrador que la reforma de atribuciones profesionales no se refiere a los títulos académicos, pero resulta que son los títulos académicos los que permiten tener esas atribuciones profesionales. ¿Cómo lo arregla entonces?, muy fácil, eliminando las atribuciones por titulación con la rebuscada excusa de que todas las ingenierías “tienen un núcleo común de conocimiento suficiente”, es decir, que a igualdad de atribuciones profesionales, el borrador deja la puerta abierta a… estudiar la carrera más fácil y asequible, ni más ni menos que eso.
 

¿Qué falla en el sistema actual?

El sistema actual de “reservas profesionales” no es bueno ni malo, simplemente está anticuado (algo que también dice el borrador). Hoy por hoy, sólo se tienen competencias en aquello que ha sido examinado (y aprobado) en estudios oficiales. Podemos hacer cursos y tener mucha experiencia profesional, pero a la hora de demostrarlo, opositar a un puesto o firmar un proyecto, se necesita un título “oficial” que lo certifique, una firma “oficial” que lo garantice y un organismo “oficial” que se haga responsable de ello, lo cual lleva a una situación “oficial” absurda, que no sirve de nada estar al día porque no se puede demostrar.
 
¿Qué pretende el Ministerio de Economía?

Pues no lo tengo muy claro todavía. En ausencia de títulos “oficiales”, alguien tiene que asumir la responsabilidad de comprobar y valorar si la formación continua y la experiencia profesional mencionadas antes son reales o imaginarias, y las Compañías de Seguros tienen casi todos los boletos para encargarse de hacerlo, porque una vez dejen de ser obligatorios los Colegios Profesionales vamos a depender del Seguro de Responsabilidad Civil para poder trabajar.

De todos modos el borrador no dice nada al respecto así que tendremos que esperar y ver qué dice la ley definitiva.
 
¿Es un cambio a mejor?

El planteamiento es positivo, no se puede seguir con un sistema que no valora la formación continua, lo que ya no es tan positivo es la forma de hacerlo, porque tampoco es normal que, de un día para otro, se unifiquen todas las atribuciones y los que se han molestado en aprender y estudiar vean tirado por tierra todo ese esfuerzo, y eso lo digo con dos titulaciones y medio doctorado a mis espaldas.
 
Estamos hablando de un borrador, por supuesto, pero ¿no se pueden coordinar mejor el Ministerio de Economía y el de Educación?, ¿qué sentido tiene mantener tantas titulaciones entonces?, ¿se podrá ejercer nada más salir, como ahora o se impondrá un periodo de prácticas?, ¿qué criterio se va a usar en las oposiciones a partir de ahora?, ¿y en los organismos públicos?, ¿bajo qué baremos?, ¿qué va a exigir el Ministerio de Fomento en sus proyectos?, ¿y el ADIF?, ¿qué titulación debe tener un Director de Obra?, ¿es este borrador, simplemente, un pulso a los Colegios Profesionales…?

Más información:
 
Cinco Días – El Gobierno eliminará las especialidades de ingeniería.

Borrador 15-12-2010 de la Ley de Servicios Profesionales del Ministerio de Economía [pdf, 63 KB]

 

El gobierno quiere suprimir «algunos» colegios profesionales… pero no dice cuáles

El enfrentamiento entre los Colegios Profesionales y el gobierno con motivo de la famosa Ley Ómnibus y su liberalización de servicios no es nuevo. En 2008, la Comisión Nacional de la Competencia instaba a acabar con la colegiación obligatoria, hace unos días el Presidente del Gobierno volvía a sacar el tema afirmando que los Colegios Profesionales son “instituciones laborales con rigidez crónica” y, justamente ayer, volvíamos a tener noticias al respecto, por dos vías distintas, además:

No tengo nada en contra del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos (vale, la agenda que regalan me parece de chiste, pero ese es otro tema). Como profesional autónomo me gusta visar mis trabajos para contar con la protección del seguro y he de admitir que nunca he tenido el menor problema para hacerlo, al contrario, todo han sido facilidades.

El problema es otro, el problema es que el porcentaje de colegiados que visamos algo es ínfimo. Para el resto de colegiados, la gran mayoría, los que trabajan por cuenta ajena y no firman ni visan nada, el Colegio es sólo un gasto más y estarían encantados de quitárselo de encima, mientras que para los que trabajamos como autónomos, el visado es un Seguro de Responsabilidad Civil que, sin el colegio, no podríamos permitirnos.

¿Qué pasará si eliminan los colegios?

Nada, no pasará nada, absolutamente nada, mientras no toquen el fútbol en este país no pasará nada de nada… pero sin el respaldo legal del colegio se abre la veda para denunciar al ingeniero/arquitecto/lo-que-sea por cualquier cosa… y convendría que lo tuviéramos en cuenta, porque manejamos conceptos como «riesgo», «tolerancia», «periodo de retorno» y «factor de seguridad», y son conceptos que no siempre se entienden bien, fuera del sector.


La carta de Vauban, un clásico de 1683 contra los malos contratistas

Decía Italo Calvino que «un clásico es un libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir«. No sé si la carta de Vauban al Marqués de Louvois se puede considerar un clásico, bajo esa definición, porque lo que dice, lo dice muy claro.

Belle-Île-en-Mer, 17 de julio de 1683

Monseñor:

[…] hay algunos trabajos en los últimos años que no han terminado y que no se terminarán, y todo, Monseñor, por la confusión que causan las frecuentes rebajas que se hacen en sus obras, lo cual no sirve más que para atraer como contratistas a miserables, pillos e ignorantes, y ahuyentar a aquellos que son capaces de conducir una empresa. Y digo más, y es que retrasan y encarecen considerablemente las obras, porque esas rebajas y economías tan buscadas son imaginarias, y lo que hace un contratista que pierde es lo mismo que un naufrago que se ahoga: agarrarse a todo; y eso en el oficio de contratista es no pagar a los suministradores, dar salarios bajos, tomar peores obreros, engañar sobre todas las cosas y siempre pedir misericordia contra esto y aquello.

Y de ahí bastante Monseñor, para hacerle ver la imperfección de esa conducta; abandónela, pues, y en el nombre de Dios, reestablezca la buena fe: encargar las obras a un contratista que cumpla con su deber será siempre la solución mas barata que podréis encontrar.

Marqués de Vauban

 

Carta de Sébastien Le Prestre (1633 – 1707), Marqués de Vauban, Ingeniero Militar y Mariscal de Francia, a François Michel Le Tellier (1641 – 1691), Marqués de Louvois, ministro de guerra de Luis XIV (1638 – 1715), El Rey Sol.