Teniendo en cuenta la «delicada y cuidadosa» técnica con la que se ejecutan los pilotes hincados… básicamente a golpes, asegurar un correcto empotramiento de la punta en los pilotes hincados en roca tiene sus riesgos, más que nada porque podemos romper la punta en el intento.
Para solucionarlo se puede rigidizar el tubo, soldando un par de planchas en cruz en su interior, por ejemplo.
Y también se puede usar una «Punta de Oslo», un refuerzo muy rígido en la punta actuando a modo de punzón o trépano, permitiendo un mejor empotramiento en el terreno.
Las fotografías en blanco y negro son de la quinta edición del imprescindible «Pile Design and Construction Practice«, de Michael Tomlinson y John Woodward. El detalle de la Punta de Oslo es de Flickr, del usuario njaal1301.
Buenos dias Enrique,
Hace unos dias descubrí este blog donde puedes dar rienda suelta a tus opiniones y conocimientos, pero tengo sentimientos encontrados, me explico, por una parte tengo el gusanillo ese de querer saber más y más y dedicar tiempo a aprender e inspirarme en lo que sabeis gente como tu o Frankie y por otra parte estoy muy muy desanimado….
Pero bueno, solo queria comentar esto, ver tu blog me indica el camino a seguir ( jo suena algo mesianico) pero ahora mismo hay muchas cosas que me resultan inalcanzables…
En cuanto a los pilotes,¿que te parece la "moda" del fasciculo 62 de la norma francesa? hace un año o así conocí a un ICCP, que le tiene mucho cariño. ¿por que no abres un mensaje y lo comentamos?
Saludos
El desánimo es mutuo JeSeM, te lo aseguro, y más cuando ves cómo se recorta de dónde no se debe recortar, y luego todo son quejas, lamentos y culpas al cielo "porque este invierno ha llovido mucho". Nos dedicamos a "lo que no se ve", y lo que no se ve no se valora, nos guste o no.
Estimados amigos,
No quiero oír hablar de desánimos ¿estamos?
El lunes se murió mi abuela. Y diréis: joder el tío éste… acaba de venir de un funeral (en Badajoz para ser más exactos) y parece que venga de fiesta ¿no?
Pues no, de fiesta nada, os lo aseguro… que mi abuela era mucha abuela. Tanto como que cumplió 100 años y le quedaba bien poco para los 101.
Y con 100 tacos os juro que las cosas se ven con mucha perspectiva… por muy achacosa que estuviera, si mi abuela llegó a donde llegó a pesar de ver dos guerras mundiales, una guerra civil y una posguerra aún más atroz, a pesar de traer once hijos/as (y sobrevivir a tres de ellos), enviudar hace casi cuarenta años, y no sé cuantas movidas mas (tantas que daría para doce blogs), pues como digo, a pesar de todo, si llegó hasta los 100 es porque NUNCA JAMÁS se dio por vencida;
así que, colegas, ante los chapuzas, degenerados, vende-duros-a-una-peseta, engañabobos, desaprensivos, abrazafarolas y demás jetas de este país, ya sabemos qué decir:
¡¡¡¡ NO PASARÉIS, CABRONES !!!!!!
frankie
p.s. va por Usted, doña Plácida.