La protección laboral no sólo es obligatoria, también es molesta. El casco da calor, las botas pesan, los guantes son incómodos, el arnés aprieta y las gafas se empañan, pero resulta que no están ahí para hacer bonito, están ahí porque «más vale prevenir que curar» y «un mal día lo tiene cualquiera«, por citar sólo un par de frases hechas, como podrían ser también «qué le vamos a hacer, ya le tocaba» o «pues ya es mala suerte, siempre lo hacía así y nunca le había pasado nada«.
Imaginen -sólo por un momento- qué hubiera pasado si a alguno de los asesores del Ministro de Trabajo (el Thor de la foto) o incluso al propio Ministro, se le hubiera ocurrido plantarse allí mismo, delante de fotógrafos y ciudadanos, y decir en voz alta que no, que sin guantes, gafas protectoras y una valla allí no se mueve nadie, que el casco ayuda, vale, pero que las cosas se hacen bien o no se hacen, y chapuzas las justas, que otra cosa no tendremos, pero de accidentes laborales vamos bien servidos.
Pues no, no ocurrió nada parecido, y eso que el tipo de detrás lleva puestas las gafas de protección, gafas que el Ministro no hubiera rechazado, vista la expresión de su rostro, al más puro estilo «vas a ver tú como hoy es el día que me saco un ojo«.
Toda una oportunidad de dar ejemplo desaprovechada, una verdadera lástima.
Como era de esperar, desde un bando echan leña al asunto y desde el otro replican con el habitual «pues tú más» recordando el vídeo de Rajoy sin cinturón de seguridad de hace unos días… crítica constructiva, como debe ser.
Madre de Dios! La Virgen Santa! ¿Recorcholis?
No se si recorcholis se puede utilizar en este caso.
Pues si, los oculares, los guantes y el mono no son necesarios en este caso, lleva un traje de chaqueta de seguridad. ¡Alta tecnologia oiga!
Y como tiene los ojos cerrados… ¡Es imposible que le salten esquirlas!
Dios mio, y manejando la almádena con una sola mano! a ver si hay suerte, se le escapa a dar el golpe ¡¡y mata a la crisis!!
Pd: con tu permiso voy a pasar esto a la asociación de prevencionistas y unos cuantos correos.
almádena… uf, la de años que hacía que no oía esa palabra, vamos, más que recórcholis, que también es para nota.
Por supuesto, tienes mi permiso para enviarlo, faltaría más.
Leñe, he tenido que mirar el diccionario para saber lo que era una almádena, da gusto leer a gente tan letrada, valga la redundancia, en caso de serlo.