Los desprendimientos de rocas son fenómenos rápidos (ejemplo), localizados en una zona muy concreta, con mucha energía y, casi siempre, imprevistos (otro ejemplo), siendo esta “imprevisión” la que los hace especialmente peligrosos.
Como ya se dijo en la entrada del “método noruego de saneo de taludes con helicóptero”, el riesgo se puede reducir limpiando o “saneando” de forma preventiva los bloques inestables o más predispuestos a caer, pero existe otra alternativa muy útil cuando el mantenimiento del talud es complicado, dejar un espacio libre (cuneta) de modo que, aunque caigan bloques, no lleguen a la calzada.
Por supuesto, esta opción únicamente es válida si nos podemos permitir dejar una cierta anchura de cuneta, pero ¿qué anchura?, ¿cómo la hacemos?, ¿qué dimensiones debe tener para contener y detener las rocas?… bien, pues para eso están los trabajos de Ritchie.
Arthur M. Ritchie fue un geólogo del Washington State Department of Highways que, en 1963, tras varios años de estudio, publicó “The evaluation of rockfall and its control”, un trabajo en el que, entre otras conclusiones, proporcionaba unos ábacos para calcular las dimensiones de esas cunetas en función de la inclinación y altura del talud, de ahí que, desde entonces, estas soluciones se conozcan como «cunetas Ritchie» o «cunetones Ritchie».
El método de trabajo de Ritchie fue lento pero también seguro. Con la ayuda de marcas en el talud y grabaciones con una película de 16 mm, se dedicó a dejar caer rocas de distintos tamaños a lo largo de diferentes taludes, observando y delimitando las pendientes a partir de las cuales la roca dejaba de rodar (roll), empezaba a rebotar (bounce) o caía libremente (fall), anotando también las longitudes y alturas alcanzadas durante todo el recorrido, obteniendo así una envolvente de valores.
Hasta aquí, lo que se puede leer en cualquier texto. A partir de aquí, algo no tan habitual, un vídeo sobre los métodos de trabajo de Ritchie.
Por los títulos y la música podría pasar por una película de serie B de los años 50, pero no, es un interesante mini-documental de cuatro minutos de duración en el que se puede ver cómo dejan caer las rocas, las cintas marcando las distancias sobre el talud, los remolques utilizados como cunetas artificiales e incluso un coche que intenta pasar en el minuto 03:25 (yo pensaba que para estas cosas se cortaba el tráfico).
(El vídeo no tiene muy buena calidad, pero es lo único que he encontrado, si alguien sabe donde encontrar otro mejor que me lo diga, por favor).
Hoy en día ya sólo se prueban in situ las redes y barreras dinámicas y alguna que otra cosa muy concreta. Para todo lo demás se utilizan programas de simulación estadística (RocFall, mayormente), lo que permite tener en cuenta taludes de inclinación variable, probabilidades de superación, acumulaciones de material, coeficientes de restitución variables y muchas otras cosas… pero no es tan descriptivo, para qué engañarnos.
Mi jefe hizo un trabajo de barreras, pero lo hizo con muros o barreras de barro(tapial) con intercalacion de un entrelazado de cañas que venden aqui en Perú. Hicieron la Prueba con estos muros y les fue muy bien. Resulto que los muros absorven el golpe y se deforma en el lado donde golpea y el muro sigue ahi, las rocas que soltaron de unos 40 metros arriba fueron > 0.60 m de diametro. Trataron de presentarlo en un congreso de Geosinteticos y no los dejaron, ni los llamaron. Haber si lo convenso de subirlas al scribd.
Slds
Los fabricantes de geosintéticos quieren vender su producto, con materiales naturales les hundes el negocio, por eso no contestaron, seria interesante tener más información, por favor