Como ya sabemos, para la prensa «los taludes se caen porque llueve«, sin necesidad de cálculos de estabilidad o modelos constitutivos extraños. Bajo ese razonamiento, la tierra ya debería ser plana a estas alturas pero, bueno, la vida es así, otra noticia de taludes que se caen porque llueve «incesantemente», esta vez en Italia.
En Maierato, Calabria (Google Maps), ayer evacuaron a unas 200 personas y hoy al resto de la población, unas 2.300 personas, al venirse abajo la ladera en la que se asienta el pueblo.
El vídeo es realmente impresionante. Se puede ver como el terreno fluye pendiente abajo sin que nada ni nadie lo detenga. Como ya dije cuando puse el vídeo del deslizamiento de Polk County, Tennessee, si estos fenómenos se estudian como fluidos, es por algo.
Destaco un párrafo de la noticia de El País:
El pasado mes de octubre, un corrimiento de tierras similar en la zona de Messina (Sicilia) costó la vida a 21 personas y dejó un centenar de heridos. La prensa italiana recogió entonces la opinión de algunos expertos, que denunciaron el descontrol urbanístico en la región y el incumplimiento de las normas de la construcción. Según la asociación Coldiretti, más de ocho ayuntamientos de cada diez en la provincia de Messina están en riesgo de aludes y corrimientos. La causa, según la organización que reúne a profesionales del sector, es también la fuerte urbanización que ha sufrido el territorio. No sólo en la provincia de Messina. El 70% de los ayuntamientos en Italia -5.581- están en riesgo hidrogeológico: 1.700 corren riesgo de derrumbes, 1.285 de aluvión, y 2.596 están amenazados por los dos peligros.
Evidentemente, la «presión urbanística» y la «mala construcción» tendrán parte de culpa, como la tienen también los que han autorizado esa «presión«, han dado las licencias de obra, han certificado como buena esa «mala construcción» y ahora están mirando hacia otro lado, ¿no?
Más información:
– La noticia en El País
– La noticia en El Mundo
La verdad es que da muchísimo miedo, aunque es un espectaculo increible.
Pues si, la velocidad que llega a alcanzar el terreno da miedo… aunque la verdad, lo que más miedo da es comprobar lo rápido que la gente olvida estas cosas y vuelve a construir en el mismo sitio, una y otra vez.