En la entrada dedicada a las cunetas Ritchie comenté que las barreras o pantallas dinámicas seguían probándose in situ en función del tamaño y la energía del bloque a contener, ¿cómo?, pues muy fácil, lanzando bloques y viendo si la red se comporta o no según estaba previsto.
En este tipo de elementos lo habitual es buscar una solución de compromiso que cubra todo tipo de imprevistos, con una cierta tendencia al sobredimensionamiento (por lo que pudiera pasar), pero si existe un buen conocimiento de campo y se sabe que los bloques no exceden una determinada energía se puede «afinar» un poco más, lo cual puede ser muy ventajoso en épocas de crisis, que no todas las administraciones tienen un helicóptero a su disposición para limpiar taludes, como hacen los noruegos.
Recuerdo a los interesados en estos temas que la monografía sobre “Protección contra desprendimientos de rocas. Pantallas dinámicas” del Ministerio de Fomento está disponible en el blog.