Geotecnia y Cine: Los desprendimientos de rocas según Buster Keaton

Los desprendimientos de rocas según Buster Keaton

Relacionar la geotecnia y los desprendimientos de rocas con las películas de Buster Keaton puede resultar algo forzado, pero cosas peores se han visto por este blog.

La carrera de Buster Keaton tuvo su punto álgido en la década de los 20. Keaton se caracterizaba por un control absoluto de sus rodajes, el estudio ponía el dinero y él rodaba la película, ese era el trato y así le gustaba trabajar, por eso no le hizo ninguna gracia que, allá por 1925, le obligaran a rodar una película basada en una obra de teatro. Seguir un guión no iba con él, y además se apartaba de su estilo de comedia, el clásico slapstick, por lo que nunca aceptó del todo aquella película.

La película se llamó «Seven Chances» (Siete Ocasiones) y ha tenido tantos remakes que seguramente os resulte familiar. Jimmy Shannon es un agente de bolsa a punto de la quiebra, un día recibe el testamento de su abuelo, 7 millones de dolares, eso si, hay una condición, debe estar casado antes de las 7 de la tarde del día de su 27 cumpleaños… justamente el mismo día que recibe el testamento.

La historia contiene los tópicos más típicos de este tipo de comedias: el rechazo de su esquiva novia (convencida de que sólo la quiere por el dinero), humillaciones, enredos, equívocos, un plan disparatado y, como no, una persecución.

Los desprendimientos de rocas según Buster Keaton

La persecución no era nada del otro mundo, ni siquiera salía en la obra original, era una licencia para contentar a su público habitual, pero durante los primeros pases se dio cuenta de que una escena aparentemente normal –unas rocas sueltas rodando tras él por la pendiente– tenía bastante éxito entre el público… así que decidió rodar y añadir varias tomas más (cuánto más azúcar, más dulce), creando el primer desprendimiento de rocas con propósitos cómicos de la historia del cine.

Aquí tenéis el vídeo con la secuencia completa:

 

Después de tantos desprendimientos de rocas con consecuencias desastrosas, creo que ya era hora de poner algo más relajado, ¿no?. Además, la escena recuerda una de las pruebas de Humor Amarillo, con aquel inquietante Takeshi Beat Kitano de presentador.

La idea de esta entrada vino al ver el vídeo en The Landslide Blog, hace unos meses. La historia de las escenas añadidas la vi hace unos años en un documental del canal TCM.

Gracias a @rubodewig por recordarme la escena y descubrirme los geniales gif animados, tenía escrita esta entrada desde navidad y me había olvidado de publicarla (estas cosas pasan, de verdad).

Si queréis ver la película completa, esta disponible en YouTube en cuatro partes, eso si, subid el volumen, no sé qué pasa pero los diálogos no se oyen nada bien, la dichosa música de fondo lo tapa todo :-).

Seven Chances – Parte 1 –> Parte 2 –> Parte 3 –> Parte 4


La representación de datos: Edward Tufte, Power Point y la campaña de Rusia de 1812

El poder corrompe, PowerPoint corrompe absolutamente
Edward R. Tufte

Ingeniería en la Red está comentando estos últimos días la patética situación del desempleo entre los ingenieros de caminos a raíz de unas, digamos, «peculiares» gráficas del CICCP, al que ha recomendado dos libros sobre presentación de datos que están ya en mi lista de próximas lecturas.

Me he permitido añadir dos libros más, «The Visual Display of Quantitative Information» y «Beautiful Evidence«, ambos de Edward R. Tufte, aunque más que los libros se podría decir que recomiendo toda su obra, tema que voy a desarrollar con más calma.

La ingeniería civil tiene virtudes y defectos: entre las virtudes, saber trabajar con grandes cantidades de información; entre los defectos, no tener ni puñetera idea de cómo comunicar toda esa información. Es un hecho, nos vendemos de pena, nos gusta controlarlo todo y saber cómo, por qué y de dónde salen las cosas hasta el segundo decimal -sobre todo en los precios-, pero a la hora de venderlo o explicarlo, damos vergüenza ajena (evidentemente, es una generalización y siempre hay excepciones, pero ya sabéis a qué me refiero).

La información escrita, sea en pantalla o sobre papel, tiene una gran ventaja sobre la visual o auditiva, porque leemos mucho más rápido que hablamos, lo cual nos permite «absorber y discriminar» la información mucho más rápido. Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero no todo lo que se dice es cierto, depende de la imagen y depende de las mil palabras.

En el caso de las gráficas es casi siempre cierto, una gráfica es casi siempre mucho mejor que mil aburridos números… casi siempre, repito, porque los estilos predefinidos de las hojas de cálculo no sirven para todos los casos y, francamente, muy poca gente se molesta en cambiar los que vienen por defecto, con resultados finales no siempre adecuados (imaginad si son inadecuados que incluso el Presidente del CICCP ha malinterpretado los datos).

Edward R. Tufte es profesor emérito de estadística en la Universidad de Yale. Le han llamado «el Leonardo da Vinci de los datos«, y muchos quizá lo conozcan por ser el «inventor» de las sparklines, esas pequeñas unidades de información gráfica que pueden insertarse en el texto para ampliar los datos, que él define como «a small intense, simple, word-sized graphic with typographic resolution«.

De cara a entender, conocer y saber cómo tratar y representar los datos yo recomendaría «The Visual Display of Quantitative Information«, pero me gusta más «Beautiful Evidence«, más enfocado a explicar cómo han ido cambiando las formas de representar la información gráfica a lo largo del tiempo.

Un ejemplo de información gráfica intercalada en el texto, de Galileo Galilei

Para los adoradores del PowerPoint, el libro tiene un capítulo entero dedicado a explicar por qué no debería usarse en las empresas. En sus propias palabras, PowerPoint «elevates format over content, betraying an attitude of commercialism that turns everything into a sales pitch«, lo cual remata con un tajante «PowerPoint is Evil» (en 2007, con motivo del 20 aniversario del PowerPoint, sus creadores, Robert Gaskins y Dennis Austin, reconocieron estar de acuerdo con las críticas. En su opinión, fue un error incluirlo en el paquete Office).

Por supuesto, el capítulo incluye la prohibición de Louis Gerstner de usar PowerPoint en IBM o la historia del fracaso de la NASA con el Columbia por querer simplificar los datos en las reuniones. Si tenéis más interés, tiene un librito (27 pags.) dedicado integramente al tema, «The Cognitive Style of PowerPoint: Pitching Out Corrupts Within«.

Pulsa para ampliar el mapa y verlo mejor

Y ya que hablamos del tema, no puedo dejar de mencionar un clásico, el «Mapa figurativo de las sucesivas pérdidas de hombres de la Armada Francesa en la campaña de Rusia 1812-1813″ de Charles Joseph MinardInspecteur Général des Ponts et Chaussées (si, una de esas excepciones que citaba antes).

El mapa muestra la evolución del número de tropas durante la invasión napoleónica de Rusia a lo largo de todo el recorrido junto con la temperatura de la vuelta. Partieron 422.000 soldados y regresaron 10.000… años después, Hitler repetiría el mismo error en la Operación Barbarroja. El invierno ruso ha ganado tantas batallas que incluso tiene graduación militar, lo llaman General Invierno

Minard terminó el mapa en 1869, a la edad de 88 años. Según Tufte es el «el mejor gráfico estadístico jamás dibujado«, remarcando también que la palabra «Napoleón» no aparece en el mapa porque Minard se centraba en los datos que quería representar (dicho así suena muy bien, claro, pero Minard era francés, y ya se sabe lo que pasa con los franceses y Napoleón…)

Resumiendo. Lo peor de estos libros, darte cuenta de todo lo que estás haciendo mal. Lo mejor de estos libros, darte cuenta de todo lo que puedes mejorar todavía.

Al hilo de lo que hablaba el otro día sobre los precios de los cursos de formación, los cursos presenciales de Edward R. Tufte duran un día (10:00 – 16:00), cuestan 380$ (200$ para estudiantes) e incluyen sus cuatro libros (~30/40$ cada uno).

Por si alguien está interesado, dejo aquí los enlaces para comprarlos en Amazon. Son enlaces patrocinados, si compras el libro desde el enlace me llevo un porcentaje, si te gusta el blog es una manera de ayudar.



¿Existen problemas estructurales irresolubles?

Me gustan los artículos rigurosos y serios (como a todo el mundo, supongo), pero ni la seriedad ni el rigor son incompatibles con explorar temas nuevos o dejar caer apreciaciones personales a la vista de las conclusiones (no confundir con subjetivos juicios de valor, ojo).

Despido la semana con este artículo recién publicado (ayer) en el último número (Vol 64 No 525) de la revista Informes de la Construcción por Mariano Vázquez y Joaquín Antuña (UPM) con un intrigante título, de esos que hacen que sigas leyendo, aunque sólo sea para ver cómo sigue: “¿Existen problemas estructurales irresolubles? Una cuestión abierta

Copio el resumen:

Galileo es el primer autor occidental que señaló la imposibilidad de que una figura creciera indefinidamente por semejanza, definiendo el concepto de un tamaño insuperable para cualquier estructura mecánica sujeta a la acción de su propio peso. Si tal tamaño insuperable existe para un problema estructural, tal problema sería irresoluble para tamaños mayores. La cuestión no ha sido contestada hasta la fecha, a pesar de múltiples investigaciones según dos líneas contrapuestas: por un lado, la determinación de formas de tensión constante no limitadas a un tamaño concreto; por otro, la determinación de tamaños insuperables para problemas estructurales bien definidos. Aquí se presentan dos hipótesis relacionadas que podrían encauzar la búsqueda de una respuesta definitiva.

 

¿Existen problemas estructurales irresolubles? Una cuestión abierta¿Existen problemas estructurales irresolubles? Una cuestión abierta [pdf – 245 KB]

 

PD: Con ese título, es difícil no acordarse de la Paradoja de la fuerza irresistible.


Puentes de bambú, de Java a Quintanar del Rey, Cuenca

El ritmo de publicación de TECTÓNICAblog Construcciones es tan apabullante que, cuando uno se quiere dar cuenta, se le han acumulado ya veinte o treinta entradas, a cada cual mejor.

Entre esas entradas atrasadas de enero de 2012 hay una serie dedicada a fotografías antiguas de puentes de bambú. Y viendo el de la fotografía inferior, fechado en Java, a principios del siglo XX me he dicho, ¿dónde he visto yo algo parecido hace poco…?

Puente de bambú en Java - TectónicaBlog

Buscando por el disco duro lo he recordado, fue en Quintanar del Rey, provincia de Cuenca, con motivo de una revisión de márgenes del río Valdemembra. Y aprovechando que le hice varias fotos, pues pongo una (aviso a los oriundos, si, la foto está retocada, tenía un molesto graffiti que he borrado).

Puente en Quintanar del Rey, Cuenca

Los anglosajones denominan esta tipología King Post, pero por aquí tiene más nombres: cercha simple, cercha de pendolón, tijera de pendolón, cuchillo de par y pendolón, cuchillo de pendolón simple, etc. Con un par de tornapuntas se convierte en la llamada cercha española, tan habitual en construcciones rurales, naves y casas.


Hormigón armado, ¿800 años de historia?

Pregunta: Sabiendo que el hormigón armado no se desarrolló hasta la segunda mitad del siglo XIX, ¿puede tener 800 años la pagoda de la fotografía, tal y como afirma el titular de la noticia?

Detalle de la rotura de una pagoda budista en Myanmar

Respuesta: La pagoda, puede que si. La pieza que está en el suelo, como que no.

La fotografía corresponde a los daños del terremoto de Myanmar del 25 de marzo de 2011 (6,8 Mw) en la pagoda o estupa budista de Wat Chedi Luang, en Tailandia.

Pulsando en la imagen se accede a la noticia en la MSNBC.

PD: Según la Wikipedia, la pagoda fue restaurada por la UNESCO a principios de los 90, lo cual explicaría la fotografía.