Realidad aumentada, ahora con cajones de arena

Lo llaman «caja de arena de realidad aumentada» (augmented reality sandbox) y antes de comentar nada más, os dejo con los vídeos. El primero muestra cómo funciona el invento y el segundo, la simulación de un vertido (llamarlo «virtual dam failure» me parece un poco exagerado).

 

Según cuenta la página web del proyecto, gracias al hackeo de Héctor Martín han podido aprovechar la cámara 3D del Microsoft Kinect para Xbox para detectar la arena (el terreno), dejando un segundo de desfase para modificar cosas (en el instante 5:30 del segundo vídeo se ve lo que ocurre cuando dejan la mano quieta durante unos segundos). Después han usado un proyector para dibujar el terreno virtual sobre la propia caja, asignando colores a las curvas de nivel, generando finalmente el agua «por imposición de manos» (lo mejor de todo).

Para la simulación numérica han utilizado las ecuaciones de Saint-Venant para aguas someras a partir de las ecuaciones de Navier-Stokes, utilizando la superficie de arena como condición de contorno, sacrificando algo de exactitud para poder calcularlo en tiempo real por el método de Runge-Kutta sin quemar la tarjeta gráfica (una Nvidia GeForce GTX580). Si tienes interés en saber cómo han resuelto las cuestiones numéricas, aquí tienes más información [pdf – 2,14 Mb].

La simulación no está mal, pero lo interesante de verdad, con mayúsculas y en negrita, INTERESANTE, es que se pueden hacer simulaciones encima de la mesa y a mano alzada, ¿incómodo?, seguramente, pero enormemente útil a efectos didácticos (para demostrar a los alumnos que todas esas cosas raras que estudiamos sirven para algo) y, sobre todo, para enseñarle a la gente por qué y para qué se hacen estas simulaciones, especialmente en el siempre doloroso tema de las inundaciones, que parecemos tontos, oye, todos los años igual.


La representación de datos: Edward Tufte, Power Point y la campaña de Rusia de 1812

El poder corrompe, PowerPoint corrompe absolutamente
Edward R. Tufte

Ingeniería en la Red está comentando estos últimos días la patética situación del desempleo entre los ingenieros de caminos a raíz de unas, digamos, «peculiares» gráficas del CICCP, al que ha recomendado dos libros sobre presentación de datos que están ya en mi lista de próximas lecturas.

Me he permitido añadir dos libros más, «The Visual Display of Quantitative Information» y «Beautiful Evidence«, ambos de Edward R. Tufte, aunque más que los libros se podría decir que recomiendo toda su obra, tema que voy a desarrollar con más calma.

La ingeniería civil tiene virtudes y defectos: entre las virtudes, saber trabajar con grandes cantidades de información; entre los defectos, no tener ni puñetera idea de cómo comunicar toda esa información. Es un hecho, nos vendemos de pena, nos gusta controlarlo todo y saber cómo, por qué y de dónde salen las cosas hasta el segundo decimal -sobre todo en los precios-, pero a la hora de venderlo o explicarlo, damos vergüenza ajena (evidentemente, es una generalización y siempre hay excepciones, pero ya sabéis a qué me refiero).

La información escrita, sea en pantalla o sobre papel, tiene una gran ventaja sobre la visual o auditiva, porque leemos mucho más rápido que hablamos, lo cual nos permite «absorber y discriminar» la información mucho más rápido. Se dice que una imagen vale más que mil palabras, pero no todo lo que se dice es cierto, depende de la imagen y depende de las mil palabras.

En el caso de las gráficas es casi siempre cierto, una gráfica es casi siempre mucho mejor que mil aburridos números… casi siempre, repito, porque los estilos predefinidos de las hojas de cálculo no sirven para todos los casos y, francamente, muy poca gente se molesta en cambiar los que vienen por defecto, con resultados finales no siempre adecuados (imaginad si son inadecuados que incluso el Presidente del CICCP ha malinterpretado los datos).

Edward R. Tufte es profesor emérito de estadística en la Universidad de Yale. Le han llamado «el Leonardo da Vinci de los datos«, y muchos quizá lo conozcan por ser el «inventor» de las sparklines, esas pequeñas unidades de información gráfica que pueden insertarse en el texto para ampliar los datos, que él define como «a small intense, simple, word-sized graphic with typographic resolution«.

De cara a entender, conocer y saber cómo tratar y representar los datos yo recomendaría «The Visual Display of Quantitative Information«, pero me gusta más «Beautiful Evidence«, más enfocado a explicar cómo han ido cambiando las formas de representar la información gráfica a lo largo del tiempo.

Un ejemplo de información gráfica intercalada en el texto, de Galileo Galilei

Para los adoradores del PowerPoint, el libro tiene un capítulo entero dedicado a explicar por qué no debería usarse en las empresas. En sus propias palabras, PowerPoint «elevates format over content, betraying an attitude of commercialism that turns everything into a sales pitch«, lo cual remata con un tajante «PowerPoint is Evil» (en 2007, con motivo del 20 aniversario del PowerPoint, sus creadores, Robert Gaskins y Dennis Austin, reconocieron estar de acuerdo con las críticas. En su opinión, fue un error incluirlo en el paquete Office).

Por supuesto, el capítulo incluye la prohibición de Louis Gerstner de usar PowerPoint en IBM o la historia del fracaso de la NASA con el Columbia por querer simplificar los datos en las reuniones. Si tenéis más interés, tiene un librito (27 pags.) dedicado integramente al tema, «The Cognitive Style of PowerPoint: Pitching Out Corrupts Within«.

Pulsa para ampliar el mapa y verlo mejor

Y ya que hablamos del tema, no puedo dejar de mencionar un clásico, el «Mapa figurativo de las sucesivas pérdidas de hombres de la Armada Francesa en la campaña de Rusia 1812-1813″ de Charles Joseph MinardInspecteur Général des Ponts et Chaussées (si, una de esas excepciones que citaba antes).

El mapa muestra la evolución del número de tropas durante la invasión napoleónica de Rusia a lo largo de todo el recorrido junto con la temperatura de la vuelta. Partieron 422.000 soldados y regresaron 10.000… años después, Hitler repetiría el mismo error en la Operación Barbarroja. El invierno ruso ha ganado tantas batallas que incluso tiene graduación militar, lo llaman General Invierno

Minard terminó el mapa en 1869, a la edad de 88 años. Según Tufte es el «el mejor gráfico estadístico jamás dibujado«, remarcando también que la palabra «Napoleón» no aparece en el mapa porque Minard se centraba en los datos que quería representar (dicho así suena muy bien, claro, pero Minard era francés, y ya se sabe lo que pasa con los franceses y Napoleón…)

Resumiendo. Lo peor de estos libros, darte cuenta de todo lo que estás haciendo mal. Lo mejor de estos libros, darte cuenta de todo lo que puedes mejorar todavía.

Al hilo de lo que hablaba el otro día sobre los precios de los cursos de formación, los cursos presenciales de Edward R. Tufte duran un día (10:00 – 16:00), cuestan 380$ (200$ para estudiantes) e incluyen sus cuatro libros (~30/40$ cada uno).

Por si alguien está interesado, dejo aquí los enlaces para comprarlos en Amazon. Son enlaces patrocinados, si compras el libro desde el enlace me llevo un porcentaje, si te gusta el blog es una manera de ayudar.



Mapas del Instituto Geográfico Nacional de España

El otro día escribí sobre cómo consultar fotografías aéreas «caducadas», pero no es la única opción que tenemos, también se pueden conseguir los mapas topográficos «de toda la vida», los de papel, aquellos con los que salíamos al campo hace apenas unos años, sin GPS ni cosas de esas.

Pues si, los mapas del Instituto Geográfico Nacional se pueden descargar en formato pdf, aunque sólo a escala 1:50.000, los 1:25.000 no están disponibles todavía (si no lo están a estas alturas, ¿lo estarán algún día?).

Hay que entrar en la web del Instituto Geográfico Nacional, ir a «Cartoteca – Mapas Topográficos«, y escoger la opción «Mapas MTN50-MTN25».

Ya sea por número de hoja o por palabras clave podemos ver las ediciones disponibles del mapa en dos tamaños, A3 y original (de mejor calidad). Como el fichero pdf se abre en el propio navegador, recomiendo no tener prisa y esperar, a veces le cuesta un poco.

Tendremos más o menos suerte dependiendo de la zona. Por ejemplo, la hoja de Madrid tiene 13 ediciones entre 1875 y 2002, la de Barcelona 5 ediciones entre 1926 y 2004, pero de Valencia sólo hay dos ediciones, de 1938 y 1944, y la de 1938 es un mapa militar… curioso.

Relacionado:

Cartografía aérea en los reconocimientos geotécnicos

La cartografía aérea en los estudios geotécnicos

Disponer de una buena cartografía, lo más actual y exacta posible, siempre es importante a la hora de plantear un estudio geotécnico, y si se trata de cartografía aérea, todavía mejor.

Sin embargo, a veces no interesa una cartografía muy actual, porque cualquier obra de urbanización, por pequeña que sea, puede hacer totalmente irreconocible un terreno, y una parcela que «desde arriba» parece una maravilla, al perforar puede dar sorpresas muy desagradables: niveles de terreno vegetal muy por debajo de lo esperado, escombreras, animales muertos, vertidos de hormigón, lavadoras, incluso residuos peligrosos con metales pesados (eso es lo que me he encontrado yo, otros podrán contar cosas peores).

[Por supuesto, cuando aparecen estas cosas la respuesta siempre es la misma: «¿rellenos?, imposible, ahí no ha habido nunca nada, no puede haber rellenos…«]

¿Qué opciones gratuitas tenemos?

  • Google Maps, permite ver la última foto aérea y una vista «a pie de calle» (Street View).
  • Google Earth, activando la opción «Ver – Imágenes históricas» muestra todas las fotos disponibles. Depende de la zona, claro, pero en mi caso hay 16 tomas entre 2001 y 2007 del lugar desde el que estoy escribiendo.
  • Bing Maps (antes Live Maps), la respuesta de Microsoft al Google Maps. Ofrece muy buenas fotos para lo que nos interesa, a baja altura, oblicuas y desde cuatro orientaciones, por desgracia no abarca mucho territorio ni indica las fechas en las que fueron tomadas.
  • Algunos ayuntamientos también han puesto en red sus fotos históricas, el de Valencia tiene nueve ortofotos tomadas entre 1980 y 2008, Madrid unas cuantas (también con vistas oblicuas) y supongo que el resto de ciudades tendrá algo similar.
  • El SIGPAC y el SIG OLEICOLA siguen siendo muy útiles, a pesar de su escala y de no indicar la fecha, de hecho, el SIGPAC está integrado en el Catastro Virtual (desgraciadamente el SIG OLEICOLA se ha quedado tan anticuado que ya ni lo gestionan, según qué navegador uses, ni siquiera permite entrar).
  • Dependiendo de la zona, incluso es posible acceder a los fotogramas del «vuelo americano» de 1956. No hay un sitio o servidor genérico en el que esté disponible toda la península pero Andalucía, Alicante, Navarra, Murcia y Madrid si permiten su consulta. A pesar de su edad, sigue siendo una información muy útil (sobre todo a gran escala, para cambios en el perfil de la costa, morfología de playas, zonas húmedas y todo ese tipo de cosas).

 

[Actualización del 25-12-2009]

Un comentario anónimo me recuerda la existencia de Iberpix, un servicio del Instituto Geográfico Nacional que tenía olvidado y que ahora ofrece mucha más información que antes (inclusive descargar imágenes), así como un blog especializado en cartografía, Todocartografía, recomiendo pegarle un vistazo, tiene información muy útil.