El impresionante deslizamiento de ladera de Maierato, Italia

Como ya sabemos, para la prensa «los taludes se caen porque llueve«, sin necesidad de cálculos de estabilidad o modelos constitutivos extraños. Bajo ese razonamiento, la tierra ya debería ser plana a estas alturas pero, bueno, la vida es así, otra noticia de taludes que se caen porque llueve «incesantemente», esta vez en Italia.

2010-02-16-Maierato-landslide

Fotografía de la agencia EFE, en El País

En Maierato, Calabria (Google Maps), ayer evacuaron a unas 200 personas y hoy al resto de la población, unas 2.300 personas, al venirse abajo la ladera en la que se asienta el pueblo.

El vídeo es realmente impresionante. Se puede ver como el terreno fluye pendiente abajo sin que nada ni nadie lo detenga. Como ya dije cuando puse el vídeo del deslizamiento de Polk County, Tennessee, si estos fenómenos se estudian como fluidos, es por algo.

 

Destaco un párrafo de la noticia de El País:

El pasado mes de octubre, un corrimiento de tierras similar en la zona de Messina (Sicilia) costó la vida a 21 personas y dejó un centenar de heridos. La prensa italiana recogió entonces la opinión de algunos expertos, que denunciaron el descontrol urbanístico en la región y el incumplimiento de las normas de la construcción. Según la asociación Coldiretti, más de ocho ayuntamientos de cada diez en la provincia de Messina están en riesgo de aludes y corrimientos. La causa, según la organización que reúne a profesionales del sector, es también la fuerte urbanización que ha sufrido el territorio. No sólo en la provincia de Messina. El 70% de los ayuntamientos en Italia -5.581- están en riesgo hidrogeológico: 1.700 corren riesgo de derrumbes, 1.285 de aluvión, y 2.596 están amenazados por los dos peligros.

Evidentemente, la «presión urbanística» y la «mala construcción» tendrán parte de culpa, como la tienen también los que han autorizado esa «presión«, han dado las licencias de obra, han certificado como buena esa «mala construcción» y ahora están mirando hacia otro lado, ¿no?

Más información:

– La noticia en El País

– La noticia en El Mundo

Un vistazo al laboratorio de mecánica de suelos de Karl Terzaghi en 1935

Dicen que el hambre agudiza el ingenio, que la necesidad es la madre de la invención y que en tiempo de guerra todo hoyo es trinchera (claro que también decían que la vivienda nunca bajaría y que alquilar era tirar el dinero). Dichos aparte, algo de cierto hay en que la necesidad aviva el ingenio. En la imagen se puede ver el laboratorio de mecánica de suelos de Karl Terzaghi en el Technische Hochschule de Viena, preparado por el propio Arthur Casagrande un año antes del primer Congreso de Mecánica de Suelos e Ingeniería de Cimentaciones, celebrado en Harvard en junio de 1936.

Laboratorio de mecánica de suelos de Karl Terzaghi en 1935

Poco tiempo después, tras una confusa discusión con Albert Speer y el propio Adolf Hitler sobre la cimentación de los nuevos edificios del Tercer Reich, Terzaghi decidió hacer las maletas y asentarse definitivamente en Harvard [aunque esa es su versión, claro, según otros esa discusión nunca tuvo lugar, sólo lo dijo por presumir y si se marchó fue para olvidar el «escándalo Fillunger», mayormente].

Es increíble que esta gente, con cuatro aparatos primitivos, casi prototipos, fuera capaz de entender el comportamiento del suelo y hoy en día, 75 años después, cuando cualquier laboratorio comercial de geotecnia está muchísimo mejor equipado, algunos no sean capaces de hacer bien un simple edómetro.

Y es que, como diría un actor porno, no basta con tener el equipo, también hay que saber usarlo.

La foto está sacada de aquí

Hormigón proyectado, gunita o shotcrete para soporte de rocas

No falla, cuanto más tranquilo estás, suena el teléfono…

– Oye, ¿tienes algo en castellano sobre hormigón proyectado? Algo facilito, tengo un talud con unos bloques sueltos y quiero saber qué espesor mínimo necesito para que se queden en su sitio y no me den problemas, nada complicado, sólo quiero hacerme una idea de lo que tengo que pedir, dosificación, espesores, vamos, lo normal.

– Tienes suerte, MBT-DEGUSSA tiene un librito en español sobre hormigón proyectado para soporte de roca, justamente. Tengo en papel la edición del año 2000 y en pdf la del 2002. Si quieres te lo mando pero sería mejor que lo buscaras en google, debe haber ya alguna edición más nueva, han pasado casi diez años.

– OK, voy a buscarlo. Oye, por cierto, ¿qué es más correcto, hormigón proyectado, gunita o shotcrete?

– Pues antes se oía mucho lo de gunita, pero ahora creo que es más frecuente llamarlo hormigón proyectado, hasta sale así en la wikipedia.

– Ya, la wikipedia es lo primero que he mirado, pero no tiene mucha información, la verdad. Vale, ahora lo busco, muchas gracias.

– De nada, aaaadios.

[… diez minutos después…]

– Oye, no lo encuentro por ningún lado, eso no existe, me estás tomando el pelo.

– Esta vez no… el libro existe, el autor es un tal Melbye, lo consulté hace poco para calcular un recalce.

– Lo que tú digas, pero yo no lo encuentro.

– Vale, luego lo miro y te digo algo.

Un rato después, compruebo dos cosas, primero, que al igual que DEGUSSA absorbió a MBT y BETTOR, ahora todos han sido absorbidos por BASF; y segundo, que los de BASF se han olvidado de «colgar» el libro en su web, porque no aparece por ningún lado.

Así que… si alguien conoce una versión más moderna que lo diga, mientras tanto dejo aquí la versión que yo tengo, la de 2002, todavía con el logo de DEGUSSA.

Hormigón proyectado, gunita o shotcrete para soporte de rocas

Shotcrete para soporte de rocas. Melbye [pdf, 11 Mb]


El Nuevo Método Austríaco de Construcción de Túneles o NATM (1948-1964)

Considerado por algunos como una clasificación geomecánica más, toca hablar ya del Nuevo Método Austríaco de Construcción de Túneles, también conocido por las siglas NATM (New Austrian Tunelling Method).

En primer lugar se debe puntualizar que no se trata de un «método«, propiamente dicho, sino más bien de una «filosofía de actuación«, llegando a decir el propio Bieniawski en 1989 que «the word -method- in the english translation is unfortunate, as it has led to some misunderstanding”.

En segundo lugar hay que decir que lo de «Nuevo» es porque ya existía un Método Austríaco de construcción de túneles, como existen también el Método Alemán, el Belga o el Inglés, aunque el tema del nombre daría para mucho, ya que este método recibe diferentes nombres dependiendo de cuándo, dónde y quién lo use.

A lo que vamos, desarrollado y patentado (Patentschrift Nr. 165573, Österreichisches Patentamt) por Rabcewickz, Müller y Pacher entre 1948 y 1964, el método está basado en la clasificación geomecánica de Lauffer y en los trabajos teóricos de Fenner y Kastner (también austríacos), y consiste, en esencia, en comparar las curvas características del terreno con los resultados de la instrumentación in situ y estudiar cuál es el sostenimiento que puede funcionar mejor en cada caso.

A partir de este estudio se desarrollaron veinte principios fundamentales, siendo cinco los más importantes:

  1. Utilizar la propia roca como elemento resistente frente a los incrementos locales de tensión que se producen durante la excavación.
  2. Utilizar métodos de excavación que minimicen el daño producido al macizo, con gunitados de protección nada más excavar.
  3. Instrumentar las deformaciones en función del tiempo, con ayuda de clasificaciones geomecánicas y ensayos de laboratorio.
  4. Colocar sostenimientos iniciales flexibles, protegiendo el macizo de meteorizaciones, decompresiones, decohesiones, etc, con la velocidad adecuada, para evitar el comienzo de daños.
  5. Colocar el revestimiento definitivo, si es necesario, también flexible, minimizando así los momentos flectores, añadiendo resistencia adicional con cerchas o bulones, pero no con secciones rígidas.

¿Qué quiere decir todo esto, exactamente?

Pues que, sabiendo cómo se deforma teóricamente el macizo, durante la excavación se debe utilizar la instrumentación para comprobar si vamos bien o no y, de acuerdo con eso, ir dimensionando un sistema flexible de sostenimiento. Es decir, consiste en hacer las cosas con cuidado y bien de acuerdo a lo que vamos viendo, nada más que eso.

Lo bueno del método:

  • Es económico, un revestimiento flexible casi siempre es más barato que uno rígido.
  • Altera poco el terreno, lo cual viene bien a largo plazo.

Lo malo del método:

  • Exige un cuidado continuo, saber hacerlo bien, estar pendiente en todo momento a la instrumentación… y usarlo dónde toca, y eso suele excluir a los suelos blandos.

Como pasa siempre, el método tiene defensores y detractores y, por extraño que pueda parecer, todos tienen razón, el problema no es el método, sino usarlo mal, aunque según algunos esto no sea más que una mala excusa.

Puede que no existan las verdades absolutas, pero en cuestiones relacionadas con el terreno y la geotecnia, «lo barato sale caro» se aproxima mucho. Aceptar la oferta más barata sabiendo que no es la opción correcta no es ético, y menos todavía en suelos blandos en entornos urbanos, en los que tanto el riesgo como los posibles daños son muy elevados.

Algunos enlaces relacionados:


 

Límites de Atterberg, si, pero… ¿quién fue Albert Atterberg?

Albert Atterberg

Es casi imposible hablar de mecánica de suelos sin mencionar en algún momento los límites de plasticidad de Atterberg, tanto que casi siempre se nombran como «límites de Atterberg» simplemente, pero… ¿quién fue Albert Atterberg?

Albert Atterberg

Albert Mauritz Atterberg nació el 19 de marzo de 1846 en Härnösand (Suecia), una pequeña ciudad pesquera en la que su padre, Anders Magnus, era constructor y concejal. Estudió Química en la Universidad de Uppsala y continuó trabajando allí hasta 1877, investigando los derivados del molibdeno y del nitrógeno, especializándose posteriormente en el estudio de los terpenos.

En julio de 1877 es nombrado Director de la «Chemical Station and Seed Control Institution» de Kalmar, donde centra sus investigaciones en clasificar y ordenar las distintas variedades de semillas de avena y maiz, obteniendo muy buenos resultados.

En 1900, a los 54 años, y como algo secundario, decide estudiar las propiedades físicas de los suelos en función de su granulometría, buscando una manera rápida de clasificar los suelos agrícolas. En 1901 presenta un primer sistema de clasificación de suelos, en el que ya establece el tamaño 0,002 mm como límite entre las arenas y los suelos finos, división que se ha mantenido hasta hoy.

En 1903 publica una serie de artículos sobre los distintos comportamientos de las arenas en función de su granulometría y composición, pero continúa sin poder clasificar la fracción fina del suelo. A diferencia de las arenas, la granulometría no explica el comportamiento de los suelos finos y, además, los ensayos de granulometría por sedimentación son demasiado lentos, todo lo contrario de lo que está buscando. Decide cambiar de estrategia y estudiar otra propiedad de los suelos finos, la plasticidad.

En 1908 publica en revistas nacionales sus primeros resultados sobre la plasticidad del suelo y su relación con los distintos grados de humedad, en 1911 publica sus resultados en revistas internacionales y pronto recibe los primeros elogios. Así, en 1913, el Congreso de Berlín de la «International Society of Soil Science» adopta su clasificación de suelos, en 1915, el «U.S. Bureau of Standards» recomienda utilizar su método y en 1937 el «U.S. Bureau of Chemistry and Soils» lo acepta también (aunque se debe tener en cuenta que Arthur Casagrande modificó en 1932 la forma de obtener dichos límites).

Aunque Atterberg sospechaba que eran los minerales derivados del hierro los que proporcionaban al suelo esa plasticidad, y que ésta podía ser más o menos acusada dependiendo de su estructura química, no llegó a concluir sus investigaciones, al fallecer en 1916, a la edad de 70 años.

Fue nombrado Caballero de la Orden de Vasa en 1898, miembro de la Academia de Agricultura en 1900 y Caballero de la Orden Nordstjaman en 1911, recibió la Medalla de Oro de la Academia de Agricultura en 1913 y fue Presidente de la «International Commissión on Mechanical and Physical Soil Research» entre 1910 y 1915.

Dicen los textos que su trabajo encontró un campo de aplicación muy alejado del previsto cuando Karl Terzaghi se dio cuenta del enorme potencial que tenían los límites de Atterberg en el estudio geotécnico de los suelos… cosa que no termina de quedar clara si tenemos en cuenta que a principios del siglo XX la geotecnia sueca era de las más avanzadas del mundo (con especialistas como Fellenius, Olsson o Pettersson) y que ya en 1915 se utilizaba en Suecia un penetrómetro de cono de caída libre, el llamado «swedish fall cone test».

Fuente:

– Blackall, T. E. (1952). «A. M. Atterberg 1846-1916,» Geotechnique, 3(1), pp. 17-19.